viernes, 20 de septiembre de 2013

Zugarramurdi, un viaje Inesperado

El pasado fin de semana fui con Pfi ( Pagan Federation International) a Zugarramurdi. Para los que no conozcáis esta localidad Navarra os contaré que en ella aconteció uno de los mayores procesos de condena de la brujería.
En 1610 se realizó un juicio en Logroño en el que juzgaron a más de cuarenta mujeres por ser brujas. Tras el proceso condenaron a doce de ellas a morir en la hoguera.
Nuestra visita era principalmente cultural, visitar el museo y la cueva de las brujas donde supuestamente realizaban sus prácticas.

Nos reunimos 17 paganos de todas partes de España. De Madrid, Cataluña y Euskadi principalmente. Coincidí con caras y acentos nuevos, con amigos y con ciberamigos con los que por fin pude desvirtualizarme.

Lo primero fue la visita al museo de la brujas. Estaba dividido en varias plantas, en la baja vimos un vídeo de presentación bastante sensacionalista en el que mezclaba conceptos como caza de brujerías y nazismo...
En la primera planta pudimos presenciar el concepto de brujería desde el lado maligno y perverso en el que la veía la Inquisición con máquinas de tortura incluidas. En la segunda planta rodeados de calderos y misterio vimos el concepto positivo y natural con el que vemos actualmente los paganos a las brujas. Un museo entretenido e interactivo pero que casi nada nuevo aportó.

Algo mágico se apoderó de mi, sentir toda esa energía telúrica fue toda experiencia. Fuera real o no lo que aconteció allí no hay duda que caminar por esas inmensas cuevas te hace sentirte pequeño pero a la vez grande por haber podido presenciar semejante grandeza de la madre tierra.
Algunos tocaban las paredes otros se arrodillaron para tocar el arroyo que cruzaba la cueva pero a todos sin duda se nos iluminaron los ojos. Para dar el toque surrealista hubo una concentración de moteros que acabaron paseándose con sus chupas de cuero por la cueva.(Más tarde me enteré que allí solían realizar conciertos.)

La experiencia realmente mágica no fue visitar un lugar ancestral inundado de leyendas sino unir lazos de amistad con otros paganos. PFI y especialmente Naiara realizó una gran labor en la que todos los cabos estaban perfectamente unidos, no tuvimos que preocuparnos de nada excepto de pasárnoslo bien. Estoy deseando que llegue el próximo encuentro para poder volver a ver caras amigas y compartir momentos tan especiales como los que vivimos en Zugarramurdi.

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