martes, 12 de noviembre de 2013

Hacer la tarea

En estos días de lluvia y frescor otoñal me paro a pensar en todo aquello que he conseguido a lo largo del duro trabajo de días y años. Comienza una época para la introspección, con Samhain llega la mitad oscura del año y con ella ver si realmente hemos cosechado y si nos hemos engañado una vez más.

Metas en la lejanía que no acaban de llegar. ¿Qué hemos hecho mal? A veces confundimos lo que que "debemos" con lo que necesitamos. Deberes autoimpuestos o que nos impone una sociedad decadente con una gran falta de valores. Encontrar lo que necesitas no es fácil, hay que remover cabeza, corazón y vísceras. Bucear en lo mas profundo de tu ser, trabajar con tu sombra y destapar sentimientos que creías ya extintos.

Este fin de semana fue intenso, tras forcejear un largo rato, abrí de una vez por todas la caja de Pandora.
Tuvo lugar mi iniciación en Reiki de segundo grado, en la que aprendí que puedo batallar con traumas y sentimientos del pasado. Lanza en mano cual caballero en una justa singular, me dispongo a luchar contra fantasmas, vivos o muertos. Dicen que para sanar muchas veces antes hay que abrir la herida y sacar todo el enquistado veneno.

Cada vez pienso más que salud emocional equivale a SALUD con mayúsculas. Es estos tiempos de modernidad pensamos que una pastillita puede curar todas nuestras dolencias. Y lo que realmente curan son los síntomas, no la causa de la enfermedad. Preferimos drogarnos a tener que escuchar a nuestro sabio cuerpo. No disponemos de tiempo para enfrentarnos a la enfermedad.

Prisas, trabajo y fármacos que son la panacea. Existen medicamentos para todo tipo de síntomas físicos y emocionales. Yo estuve durante unos años con un tratamiento para sanar mi salud emocional.  Y de hecho estoy de acuerdo con un periodo corto de tratamiento si tu sólo no puedes resolver tus conflictos pero a mi entender tomar antidepresivos o ansiolíticos de por vida no es una solución. Porque con esas sustancias no serás el protagonista de tu vida sino un espectador que deja la vida pasar.

Lo veo constantemente en amigos, en la redes sociales, en la televisión y allá por donde mire. Mensajes en una botella lanzados al mar, una señal inequívoca de alarma, de toque de atención. Gente que necesita ayuda inmediata y que la mayoría de las veces ni tan siquiera lo ve. No llegaré a entender ese desapego a nuestro ser, a no pararse a dialogar con él, a no escuchar lo que realmente pide.  Será que es más sencillo tomar una pastilla para que las voces callen. Después no nos extrañemos si bola de nieve crece y crece hasta que un día llega la avalancha y.. cataplof!

Lo ideal sería en la medida de lo posible lidiar con esas cargas emocionales día a día, no digo que sea sencillo pero al menos tener la actitud ya es un gran paso. Realmente noté la diferencia el día que cogí el toro por los cuernos en vez de huir cada vez que se presentaba un problema.
El Reiki puede ser una herramienta estupenda para sanar esas heridas pero existen muchas otras como la meditación, la arteterapia o una sincera conversación con un ser querido. Yo ya tengo mis herramientas fetiche y da igual cual use en cada momento ya que lo importante es que me funcionan. Y tú ¿Estás emocionalmente sano?.

Nadie dijo que vivir fuera fácil, pero desde que hago la tarea cada día... ¡Me levanto por las mañanas con una sonrisa en el corazón!