Quien no ha deseado alguna vez volar en escobas, realizar un Expecto
Patronum, hacer vomitar serpientes
o convertir a alguien en
conejo... Lo único que tienen en común estos hechos es que pueden
suceder en el mundo de fantasía en el que fueron escritos. El mundo
real tristemente es mas aburrido y por fortuna mas seguro.
Muchos
adolescentes confunden estos dos mundos y al oír la palabra brujo
enseguida piensan en ti como un poderoso Merlín o un salvador HarryPotter en el mejor de los casos.

Muchas
veces se acercan a nosotros personas que quieren conseguir poderes
inimaginables, convertirse en una especie de superhéroe. Pues bien
la Wicca no trata de eso sino de la búsqueda de un camino espiritual, la armonización con la deidad y los seres que te rodean.
Particularmente
en mi caso ser un brujo wiccano consiste más en una actitud ante la
vida que en la realización de todo tipo de trabajos mágicos. Cierto
es que realizo algunas prácticas diarias pero no difieren demasiado
de otras religiones.
Como
consejo amigo te diré que si quieres ser wiccano camina despacio que
los dioses te irán guiando, por el contrario si sigues con la idea
de convertirte en un archimago todopoderoso para protegerte de las
artes oscuras, será mejor que centres tus expectativas en la
literatura fantástica.